Autor: Blogracho
Decir que tengo miedo es poco. Estoy aterrorizada.
Cuando escribía para mí era todo simple. Escribía cuando tenía tiempo, de corrido y sin hacer correcciones. Como la vida misma; un libro que se va haciendo segundo a segundo y sin derecho a hacer un paréntesis.
Había llegado a un punto en que estaba llenando esas páginas como subida en una caminadora. Todos los días era una carrera. Algunos días me parecía estar corriendo una maratón detrás de otra: Nueva York, Boston, Berlín, Paris. En Paris me hubiese gustado detenerme para admirar la Torre Eiffel, la Torre de Hierro; subirla por el exterior dando un paso a la vez y bajarla por el otro lado de igual manera y sin que me de vértigo. Pero cuando menos me lo esperaba estaba en Tokio, en la Torre de Hierro de Tokio. Y si no fuese por el diploma no recordaría que gané la carrera en Londres, porque del premio ni hablar, va en beneficencia. ¡Joder! Ahora no sé si en realidad estuve o soñé haber estado en Chicago, Barcelona, Roma, Atenas y si regresé a Boston… Y a pesar de todo este tran-tran, yo siempre seguía ahí, corriendo en esa puta caminadora y sin avanzar de una sola página.
Hasta que un día me dije: ¿Por qué no? Tanto ¿quién podrá leerme? Y por último, si me leen a quién podrá gustar lo que yo escribo…
¡Joder! ¿Y ahora qué hago? ¿De dónde me saco las ideas? Me tengo que subir de nuevo a la puta caminadora.
Sigue escribiendo para tí, pero en lugar de guardar lo escrito, publícalo. Siempre habrá alguien que, por curiosidad al principio y luego por gusto, te leerá.
Esto de bloguear es una aventura interesante para aquellos a quienes nos gusta comunicarnos a través de la palabra escrita; es un mundo gigantesco el lugar donde están las ideas: algunas hay que ir a buscarlas y a veces traerlas a tirones o empujones hasta el teclado; otras, caen solas y se nos aparecen como bruma sobre los árboles o muralla al final de un sendero; también están esas otras, que se materializan de repente ( normalmente cuando no tenemos nada a la mano con qué capturarlas) fugaces y escurridizas.
Si quieres hacerlo, podrás, sin duda.
Abrazos desde el Sur del Mundo
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Hola. Mi respuesta en el post del 28 y 29 de enero.
Un abrazos desde el viejo mundo
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¡Todos a la caminadora! ¡Arriba camarada!
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