Soñar con los ojos abiertos


De chiquillos damos vida a los primeros sueños con los ojos abiertos como si todo fuese posible. De hecho lo es, solo que creciendo comenzamos a cerrar los ojos cuando soñamos.

 

 

El punto de llegada


Creciendo comencé a cuestionarme sobre cómo funcionaba esta vida y siempre tuve la convicción de que cada ser tiene un solo y un único punto de llegada predestinado – que no es la muerte -.

La muerte a todos nos llega, no es única, no hace diferencia alguna, no excluye a nadie. La muerte es la única cosa que sabemos que nos llegará sin discriminación y, a mi modo de pensar, es lo que nos garantiza que seguiremos viviendo…

Todavía lo pienso.

Imaginaba, en aquel tiempo, que cualquier camino yo tomase me pasaría siempre algo que me conduciría a mi punto de llegada o que me encarrilaría si el desvío se estaba alargando más de la cuenta.

Era solo una niña, en ese tiempo solo pensaba, ahora lo creo.

En el mismo punto de partida


He dado un giro de 360° y me encuentro en el mismo punto de partida pero yo no soy la misma; la cintura alargada y esas dos desvergonzadas que sin pena se han plantado en el entrecejo no mienten, así como no miente este corazón que se siente renovado.

Me encuentro en el mismo punto de partida pero la mujer que está por partir es otra.

Es una perfecta incompleta, con un libre albedrío empoderado y una clarividencia que le dan la lucidez para enteder que no tiene límites sino los que ella se impone; que no está libre de problemas pero que prefiere verlos como oportunidades; que tiene la certeza que cuando se rebusca adentro, duele, y que sacar los esqueletos escondidos debajo de las costillas cuesta – por lo bajo un par de tachos de lágrimas – pero que luego el alma se siente ligera.

Todavía está latente en mí el amor por la escritura y el terror de dedicarme solo a ello.

Pero a este punto me digo ¿qué importancia tiene dedicarme solo a ello?… mejor vivir para contarla como decía Gabo.

Y es eso lo que haré, contarles lo que he vivido.

BLOGRASOFANDO CON CHÉJOV


Autor: Blogracho

chejov2*ALEGRÍA Y CUENTOS OSCUROS

Te quejas de que mis protagonistas son tétricos. Por desgracia, ¡no es mi culpa! Me vienen así involuntariamente y, cuando escribo, no me parece hacerlo en modo tétrico; de todos modos, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Se sabe que las personas pesimistas, los melancólicos, escriben siempre cosas alegres, mientras que las personas alegres con sus escritos suscitan melancolía. Ahora, yo soy una persona alegre; o por lo menos los primeros treinta años de mi vida me los gocé, como se dice.

a Lidija Avilova, Niza, 6 octubre 1897

¡Oh! Anton, tuve que hacer una lista de semejanzas y diferencias para aclararme las ideas, porque me parecía que era yo que estaba hablando de mí misma:

  • La gente dice que escribo en modo triste
  • Estoy siempre de buen humor cuando escribo
  • Me las gocé los primeros treinta años de vida

Por lo que me falta, son solo detallitos (en el fondo, y en lo que más cuenta, tú y yo nos parecemos):

  • Escribir bien
  • Ser el maestro del relato corto
  • Ser considerado como uno de los más importantes escritores de cuentos de la historia de la literatura

 .

 *Senza trama e senza finale, Anton Chéjov