Y así la vida me pone siempre en el ángulo donde no puedo ir para atrás; estar inmóvil, tal vez, pero tampoco para siempre porque el respiro gangrena; la única vía admisible es ir hacia adelante y con una tolerancia de 45°.
Entender que todo es perfecto así como es en este preciso instante es el valor más inestimable que he adquirido en estos años ¡y el camino ha sido largo!.
El corazón me duele, señal de que mi sangre consiente.
No es necesario que me entiendas, en algún punto de nuestras vidas sentimos todos lo mismo.