EL ESCRITOR HEREJE


Escribir de panza es una herejía en esta profesión.

¡Y qué más da si soy hereje! Sí, escribo de panza y aun así solo Dios sabe cuanto me ha costado alumbrar este par de frases mal cortadas; pero la cosa no me preocupa, si hasta el mismo Gabriel, siendo ya García Márquez, podía pasarse un día entero quitando y poniendo la misma coma y es que, escritor que respete el oficio, escatimará el uso de las palabras y de los signos como al agua en tiempos de sequía.

Si el reto no está en franquearse, que es la estrategia que yo estoy usando para poder arrojar algo, lo que realmente cuesta es enfrentarse después a tanta escoria aunque a la larga se le agarre el gusto y, supongo, que no haya nada de malo en ello: escribir como si no hubiese límite a la idiotez siempre que, a la hora de corregir, se lo haga con la esencialidad del hombre de las cavernas y la sinceridad del de las tabernas.