09 MARZO 2015: OLOR A LIBRO


Autor: Blogracho

Cuando leo un libro me gusta sentir el olor que tiene. Cada libro tiene un olor característico, semejante al del ser humano y al olor que emana su cuerpo. Único, como las huellas dactilares. Antes de penetrarme con la historia, lo observo desde afuera y me gusto las sensaciones que me procuran el color de su portada y el tamaño de su título. Pocas veces me he equivocado: la portada dice mucho de su contenido. No cuanto sea grueso; para una amante de las historias cortas, la dimensión no cuenta. Luego lo abro instintivamente y apoyo mi dedo en cualquier parte, donde caiga, y lentamente, comienzo a leerlo. Me limito a una frase o a un párrafo. Catarlo la primera vez en este modo es emocionante, es como espiar a alguien al improviso en cualquier momento de su vida; y aunque parezca mentira, me basta husmear un párrafo para entender si lo que tengo en mis manos es un perfume o agua de colonia, si se me quedará impregnado o se volatizará apenas terminado. Pero hasta las aguas de colonia son fragancias. Cuando leo, resalto aquellas frases o escenas que me gustan – llegando a tener libros que terminan como grandes pájaros colorados. Pero lo que más disfruto cuando leo un libro, es cuando una frase o una escena queda vibrando para siempre en mi memoria. Es como haberme rociado un perfume indeleble. Se puede evaporar de mi memoria gran parte de la trama, pero esa frase me quedará vibrando para siempre. Cuando esto me ocurre, es como alcanzar el clímax – mejor todavía – porque este no acaba.

BLOGRASOFANDO CON SÓCRATES


Autor: Blogracho

Solo sé que nada sé y que no puedo vivir sin Wikipedia. Que lo mío no es apariencia. Que lo poco que creo saber se resume en que el mundo sigue siendo el mismo, y que lo único que ha cambiado son los medios. Que no sé de filosofía, ni de filósofos, pero que necesito aprender de estos.

¡Ay, Sócrates! Cuánto me hubiese gustado que vivieras en esta época. Seguiría tu blog, te leería y reflexionaría con todos tus tweets, con fogosidad carnívora.

*Sócrates

21 Enero 2015: YO GANAS SIEMPRE TENGO


Autor: Blogracho

De dos años a esta parte me volví obsesionada de los libros.

Así como pasa con la ropa, los discos, las películas, los juegos electrónicos o cualquier cosa que implique sacar plata del bolsillo. A mí me pasa con los libros.

Yo amo comprar libros por el solo gusto de tenerlos; para que cuando tenga ganas, de leerlos, estén ahí, prontos y a mi disposición.

Yo ganas siempre tengo. Tiempo para hacerlo es lo que me falta.

Pero desde hoy y por el resto del año, no compraré ni un solo libro. Lo prometo. Y a ver si comienzo a leer algo, que el arte no se transmite por telepatía.

Ni siquiera para un quickie tengo tiempo.

Es así señores escritores, si no se nos ulceran los codos de tanto martillar el teclado y no nos curamos las cataratas con Colirio de Lectura, este aparato reproductor de palabras se nos oxida.

Por eso desde hoy comienzo a hacerlo cada vez que tenga ganas, aunque me falte el tiempo. Un quickie al día o máximo cada dos días.

Escritura quickie, lectura quickie. De un solo tirón, pero con derecho a repetir.