El punto de llegada


Creciendo comencé a cuestionarme sobre cómo funcionaba esta vida y siempre tuve la convicción de que cada ser tiene un solo y un único punto de llegada predestinado – que no es la muerte -.

La muerte a todos nos llega, no es única, no hace diferencia alguna, no excluye a nadie. La muerte es la única cosa que sabemos que nos llegará sin discriminación y, a mi modo de pensar, es lo que nos garantiza que seguiremos viviendo…

Todavía lo pienso.

Imaginaba, en aquel tiempo, que cualquier camino yo tomase me pasaría siempre algo que me conduciría a mi punto de llegada o que me encarrilaría si el desvío se estaba alargando más de la cuenta.

Era solo una niña, en ese tiempo solo pensaba, ahora lo creo.

10 Febrero 2015: ESTABA SOLO EN LETARGO


Autor: Blogracho

Era domingo y nadie había dicho una palabra. Y después de ese día, ese día quedó sepultado en la memoria. Me sentía morir: me he cortado las alas, y he sido yo misma que me lo he hecho. ¡No!, eres solo una gaviota que ha tenido que entrar en letargo. Cuando menos te lo esperes te sorprenderás de nuevo revoleteando las alas. Y cogerás a tu cría, te la montarás en el lomo y le enseñarás a volar, y juntos recorrerán esos mundos melosos de sueños que ahora te estás negando. No estaba muerta. Estaba solo en letargo.