08 Enero 2015: PIDO DISCULPAS


Autor: Blogracho

A mis lectores imaginarios porque elaborar buen material en solo cuarenta y cuatro minutos, por micro que sea, es una faena absurda, y en mi caso soberbia e irrealista.

Dicen que para aprender a escribir hay que leer mucho; y para escribir bien, tener buenas bases gramaticales y escribir sin cansancio hasta que el callo del dedo medio te lata al unísono con los latidos del corazón.

De todas estas cosas yo no le atino ni de refilón a ninguna.

En efecto, la escritura para mí es como un amor tardío. De esos que te llegan después de haber probado el calor de otras bocas, la seguridad de otros brazos, el júbilo de compartir una tarde en bella compañía. La desolación del abandono. La gangrena de una traición. La hepatitis de un amor prohibido.

Te refugias en la familia y vives para colmar sus aspiraciones que parecen tener un hueco en el fondillo porque nunca es suficiente. Entonces en el día menos pensado, después de una habitual jornada de trabajo, inmersa en tu dulce vacío, notas una servilleta de papel, recoges el lapicero que alguien lo tiró al piso con la certeza de que tú la recogerías y lo pondrías en su lugar y empiezas a escribir cuánto te sientes solo y ese lector imaginario te escucha sin juzgar tus palabras, tus acciones, tu tristeza. No ríe de tus sufrimientos. Sostiene tus sueños. Te siente.