Autor: Blogracho
El primer borrador de todo libro es una mierda; lo que cuenta es terminarlo. Decía Hemingway.
Si esto hubiese llegado a mis oídos dos años atrás, ni mi primer relato ni la pasión que nutría por la escritura, hubiesen terminado en el wáter.
Me deshice de mi primer borrador apenas terminé de leerlo y después de haber concluido, sin dificultad y en completa autonomía, que era un gran y colosal mojón de palabras.
Desde ahí me obligué a padecer de retención fecal hasta que, por casualidad o por obra divina, llámenlo como quieran, supe como la pensaba Hemingway; y sus palabras se tatuaron en mis manos con la misma mierda que un año atrás yo misma había descargado en el wáter.
Por ahí también escuché que el primer borrador tiene que ser escrito con el corazón, mientras las elaboraciones sucesivas deben ser escritas con el cerebro.
Desde ese entonces, cuando escribo, me gusta imaginar que soy el Vanidoso del Principito y que escribo con toda la abundancia de mi corazón y que soy el único escritor a habitar en la blogsfera y que cuando pasa por mi mundo un bloguero siempre me dirá que le gusta lo que yo escribo. Después pero vuelvo a ser Blogracho. Entonces pasa el Principito y me pregunta por qué estoy de nuevo Blogracho y no escribo. Y yo le respondo para olvidar. ¿Olvidar que cosa? Olvidar que tengo vergüenza. ¿Vergüenza de qué cosa? Vergüenza del corazón con el que escribo.
* El Principito,Antoine de Saint-Exupéry
La escritura, a diferencia de la vida, admite (y pide a voces) tantas revisiones como seamos capaces de aguantar. El cuento de nunca acabar…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pudiésemos hacer lo mismo con la vida…
Me gustaMe gusta
Ojalá
Me gustaMe gusta
Laura te quería agrader (de nuevo). Tu respuesta me sirvió de inspiración para el post del 26 Enero 2015: ¿DE DÓNDE ME SACO LAS IDEAS?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es, efectivamente, la lección más importante para un escritor. Lo que ocurre es que no tenemos a nadie que nos diga eso. Sobre el oficio de escribir no se habla tanto, no hay mucha gente con la que hablar de ello. Así que abandonamos proyecto tras proyecto, ilusión tras ilusión, hasta que alguien nos dice eso. Y es maravilloso y liberador. En mi caso, aprendí el sentido de la medida en las revisiones: qué interesa contar y qué no. Qué es una contextualización para mí y qué sirve al lector.
Me gusta tu blog y la pasión que desprendes por la escritura y la literatura en general. Lo iré mirando todo, porque veo que es muy extensa tu obra ya. ¡Mucho ánimo!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Gracias. En realidad no tengo obras a más de unos cuantos diarios y lo que por ahí va saliendo. Por eso me animé a crear un blog. Y ver que alguien me responde y comparte mis penas de pluma, de verdad me anima a seguir escribiendo. Saludos. Indira
Me gustaLe gusta a 1 persona
Impecable!!…
Bueno chicos… yo ya estoy tan grande que no recuerdo que hice con mi primer borrador jajja… a parte en aquellas épocas escribia a máquina… seguramente terminé dejando que mi hermanita hiciera dibujos en la parte de atrás de las hojas desechadas.
Un placer recorrer tu espacio.
Un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me ha encantado el post porque…. ¡Qué ciertas son esas palabras! También yo terminé desechando mi primer borrador, por considerarlo una sarta de absurdas palabras inconexas. Del cabreo borre todo, sin guardar copia alguna.
Hasta que un día descubrí que, efectivamente, todas las versiones uno son un mojón. Pero a base de revisar y pulir, el mojón pasa a ser un buen mojón, luego a ser un buen pedazo de algo y termina siendo un producto menos asqueroso que al principio.
Me gustaMe gusta
A veces pienso que es la prueba por la que tenemos que pasar todos los aspirantes a escritores: la desilusión.
Es que es más fuerte que nosotros.
Pero no obstante nuestro primer esfuerzo nos haya desengañado, la pasión te persigue hasta que terminamos por rendirnos.
Me gustaLe gusta a 1 persona